Amigos:
Tenemos rato metidos en una incertidumbre al no saber que decisiones tomar por no afectar a otros, o porque creemos que estamos haciendo daño por el simple hecho de manifestar algo diferente del entorno.
Desde la infancia hemos sido inoculados de un respeto por los padres, por los maestros, por mayores, por las religiones, por la constitución, por la patria, por la sociedad y hasta por las ideologías pero ¿Dónde se enseña el respeto por uno mismo...? es decir, el respeto y la devoción por uno mismo.
Nos hemos levantado convencidos en complacer, pero cuando nos toca complacernos caemos en confusiones o, en el mas tenue de los casos, en culpas. Por supuesto, aquí se inicia el debilitamiento del poder natural del YO, con mayúscula, para otorgárselo a los demás y asumimos, de antemano, que nuestra labor es para los otros y el éxito depende de la aprobación externa.
Es así como la Majestad del Ser Humano, y nosotros somos Majestad, se enturbia edificando imágenes, dioses, sobrevaloraciones de los otros, subordinando nuestra decisión al temor de ser rechazada y desarrollando la pérdida de la Fe en uno mismo. Entonces ¿Cómo no ha perderse la confianza el lo positivo? ¿Cómo ha de tener confianza en expresar los afectos? ¿Cómo es posible imperdir la consolidación de la carencia de eso que llaman autoestima?
Para ilustrar, les digo que tenemos un instinto natural en cada uno de nosotros; e instinto al fin, carece de razón y de limitantes formas, ya que es una fuerza mental que nos informa que, a pesar de ser gregarios, es esencia que nos estimula a ser diferentes del resto de los seres humanos. Es una fuerza intensa y constante que debe ser respetada por la convicción de ser fieles a nuestra verdad.
Así es cómo se nos advierte que hay todo un acontecimiento, llamado Creatividad, que nos origina la satisfacción de haber alcanzado la gloria al materializar un deseo independientemente de su intensidad y de lo silbidos ajenos; eso sí, carente de vergüenza, sin que nos haga agachar la mirada, sin sentir que somos bichos raros y sin sentir que estamos traicionando a nadie.
Pero ¿qué pasa cuando esa fuerza creativa la esclavizamos a los efectos de un si o de un no del otro.? Las respuestas las tenemos en el día a día y si no están en nosotros, están al lado. La depresión, el temor al rechazo, la soledad, el sentirnos fracasados, entre otras, solamente ratifican que el dejar de ser uno mismo tiene su costo y éstos males hablan de esas respuestas.
La Nueva Era, la acuariana, centrará sus influencias en que el hombre comience a rendirles honores a su Majestad, a así mismo. Es por ello, que la enseñanza comenzará porque el niño experimente sentirse importante consigo mismo para construir, con placer, una sociedad placentera y no se sienta obligado a cumplir con normas y leyes que al fin no garantizan que sea un buen ciudadano ni mucho menos feliz.
Los quiero
Chao.
"El trabajo de los racionales, objetivos y científicos es entender que Dios al igual que la Espiritualidad no tienen forma"
04143282323
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