No es cuestión de status ni de que estás con esa con aquel o con aquellos. No importan los compromisos o si estás casado o casada ni, mucho menos, si la puerta del alma la tienes cerrada con doble llaves tratando de evitar su visita. Lo de ella es penetrar hasta los tuétanos y no valen explicaciones razonadas o esotéricas, ni medicinas ni Black Berrys, ni que coloques el volumen alto del equipo y ni que llames a todo el vecindario para que te acompañen.
Nace de promesas emocionales desaparecidas en la nada, se fortalece con la nada y hace sentir que no hay más nada. Se preña de constantes fracasos de entusiasmos que cayeron en la nada para continuar con el círculo vicioso. Es tan Reina que siempre, después de tormentosas pasiones, exige ocupar su puesto porque es la cara triste del Amor.
No se sabe en dónde se esconde ni con qué vestimenta disimula no estar presente pero, su cometido es mover los cimientos de las mentiras y verdades de una historia que nace en cualquier momento y en cualquier lugar y, cuando se siente, es preferible no haber nacido, no por ella, sino porque nos dice "que difícil es convivir con la verdad". Soledad tiene esa facultad, es como un escenario equipado con música nostágica con fondo oscuro dónde salen figuras y se oyen voces, es todo un drama !uyyy... que miedo es ver quienes somos..!
Ella sabe que el acto pasional presumiendo que aquel o aquella será para toda la existencia, es un hermoso rato que no sabe del día después ni que nadie le pertenece a nadie. Total... Soledad se alimenta de andar empecinada detrás del amor sin esperar que llegue y, cuando éste formidable misterio osa tocar, se desvanece aterrado al ver que los temores hablan como monstruos con inútiles exigencias. !Caramba la gente no aprende...! manifiesta Soledad !Les llega el amor y lo hunden en lo absurdo.!
Así, el Amor, en éste atormentante tema, juega un papel especial, cual Dios lucha por darle sentido a la vida pero la vida misma lo enturbia con malcriadeces aún, y a pesar, de las experiencias. Entonces, mientras que tan distinguido visitante a nuestras vidas sea sometido a las encandiladas presunciones de la egolatría se creerá haberlo vivido cuando, la verdad, lo que se está dando es comienzo a la tan temida obra de la intransigencia humana, la Soledad.
Soledad es la curtida maestra que toma la tiza y escribe en la pizarra de la vida la lección eterna:
"Aprende a Amar y dejaré de ser tu compañera"
Chao
Los quiero.
04143282323
El miedo a la soledad no es más que el miedo a estar consigo mismo... No hay nada más grande y placentero que estar con uno mismo!
ResponderEliminarEstoy convencida, de que aún "amando" hay momentos que hay que salir corriendo a buscar esa compañera...la "soledad" y reencontrarse con ella y alzar copas y brindar en esos momentos...son mágicos, reconfortan y hacer renacer...
Aunque se aprenda a "amar", por favor, nunca dejen por completo la "soledad"...........
Un beso grande
Anna B.
Anna: Cierto lo que dices sin embargo, cuando esa soledad se hace eterna atormenta. Y en cuanto Amar te digo que cada día me doy más cuenta de que el ser humano no sabe amar. Lo intenta pero no lo logra. Tú me preguntarás ¿entonces que se hace? Precisamente nada dejar que fluya sin tantas preguntaderas, sin tantas razones y dejar que esa energía nos posea. Bueno decirlo es fácil pero hay que insistir. TQ.
ResponderEliminarCreo que otra forma en que se presenta la soledad es cuando queremos compartir con las personas y estas por sus multiples ocupaciones no abren un espacio. Las personas están desenfocadas, por ejemplo se desviven por su trabajo dejan de salir con sus amigos...
ResponderEliminarHola Miguel: Recurrir a un momento de soledad entre tanto bullicio no le hace daño a nadie. Es cierto que hay gente que se diluye en el trabajo pero debes de comprender que es su mecanismo de escape.
ResponderEliminarAsi que es bueno que vayas entendiendo que cada quien tiene su forma de atenuar sus conflictos y es aqui donde de repente tendrás que intervenir. Para son los amigos.
Mi querido Ricardo, una vez más te doy las gracias por tu consecuencia en el tratar de ayudarnos, con la carga diaria e inevitable, de tener que conocernos a nosotros mismos, aun cuando a veces lo hagamos renuentemente.
ResponderEliminarEn este, tu artículo "SOLEDAD", el cual he leido una y otra vez desde el día de su publicación, he encontrado algo que considero, es de mucha utilidad para diferenciar, que es estar solo y, que es estar con uno mismo, algo que es primordial para poder continuar el camino, hacia aprender a no depender de la pretención de una eternidad de nuestras relaciones con los demás, sin temor a sentir, en caso de terminarla, el frío que nos innundaría, al creer que nos hemos quedado solos. Porque sí, existe una diferencia entre la soledad y la introspección o momentos de reflexión en relación con nuestro propio ser. Aprender a estar con uno mismo por momentos, es algo necesario y sano, para poder avanzar en el conocimiento de nuestro ser pero,eso nada tiene que ver, con el hecho de pretender vivir aislados de los demás, despreciando las virtudes del amor y de las relaciones con los demás, escondiendo que en realidad, el temor nos hace preferir no luchar por nadie ni por nada, antes de fracasar en el intento. No es lo mismo aprender a disfrutar el encuentro con uno mismo, que acostumbrarnos a las penumbras de la soledad. Y me voy a tomar la libertad de opinar que, eso sería como admitir, que ya uno no necesita la felicidad. Porque sin duda alguna, nadie puede ser feliz en la soledad, sin que esté en serios problemas...
Gracias...
Tu hermano...
Hola Raul:
ResponderEliminarEstar en reflexion, a mi modo de ver, no es necesario estar sólo. Sencillamente es una necesidad de los seres que necesitan escapar de los bullicios y decidir reflexionar. El asunto, o problema, se sucita cuando se asume un aislamiento pensando que es necesario para la reflexión.
La soledad no tiene nada que ver con la reflexión, que es necesario apartarse de lo colectivo, es otra cosa. Pero, cuando los instantes de soledad se hacen largos es aqui el problema. Es una situación harta difícil y latosa.
Ahora bien, dependiendo de cómo se admite o no la soledad es, en difinitiva, lo que acarrea el problema. No es lo mismo tener una pareja por sentirte sólo a tener una pareja en dónde la soledad te ha ayudado a reflexionar.
Pero bueno, éste tema es muy fuerte y profundo que amerita más tiempo.
Abrazos.