martes, 29 de julio de 2014
al joven que está pariendo una nueva venezuela
Al joven que está pariendo la nueva Venezuela..
Cuando un joven toma una decisión su corazón no miente ni cae en la vacilación y convencido está de que jamás claudicará. Se imagina en el alma un sendero iluminado que lo conduzca a hacer realidad sus sueños. Un día trabaja para colocar un farol y, sin descanso, coloca otro el día después hasta que ese camino se aclare y lograr lo que una mente sana aspira, la libertad. El estudiante sabe que no hay camino, el camino lo está haciendo con su constante lucha. Intuye que los tanques, perdigones, metras o balas, son parte del aprendizaje que necesita para asumir, con entereza y sabiduría, lo que Venezuela le tiene reservado.
No hay historia en la humanidad que haya apagado los faroles de un joven, a pesar de que algunos piensen lo contrario, porque forma parte del constante devenir de fuerzas energéticas del Universo, quién también es un eterno joven, inquieto y maestro de libertades. El estudiante podrá inquietarse, deprimirse, ser engañado y hasta sentir morir pero jamas declinará hasta alcanzar su cometido en la historia, porque él es la vida y pasión de la misma historia. Podrá caer en el camino pero, esa caída, no es en vano porque vendrán muchos, con mayor ahínco, a terminar la tarea de quién se fue. No hay marcha atrás, no hay retorno al día antes de la decisión. Simplemente, ya es imposible.
El 12 de Febrero del 2014 hubo un decreto, retomar la democracia. Pero, una democracia fresca, sincera, con valores y con profundo respeto a los derechos humanos. El joven sabe que su tarea es determinante y que el futuro es de todos aun, y a pesar, de sentir el amargo olor de los indiferentes. En su labor conocerá la traición y la solidaridad, quiénes son y quién no son, quiénes los acompaña y quienes los dejan sólo. Pero, en ese trajinar, comprenderá que el correr escapando de la agresión y las noches insomnes esperando las arremetidas de los malandros, y los días suspicaces y las fieras hambrientas del régimen podrán retardar el objetivo, pero nunca tendrán la fuerza para apagar sus ilusiones.
Mal está, el de allá y el de acá, quien no haya entendido que lo que está sucediendo es para terminar una forma de ser anacrónica, hipócrita, retardada y contraria a la evolución humana. Jóvenes con escasa edad pero con cátedra de dignidad, que están hartos de vivir en la oscuridad y ver a su hermano haciendo colas que denota humillación. Y rechazan, sin ambigüedades, a ese traidor que enarbola banderas extranjeras aspirando marchitar la nuestra.
A los indiferentes, a los incrédulos, a los mentirosos y politiqueros se los digo, sin que me quede nada por dentro, ese joven que está en la calle decidido a continuar en la calle, no es un infantil realengo sin objetivos claros ni huérfano de ideales. Por pensar así, es que no han entendido que la luz de ese farol no lo apaga nadie. Están luchando por un renacer y ese día llegará, que no les quepa duda.
Amén.
Ricardo Itriago Rodrìguez
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