domingo, 17 de julio de 2011

La pasión y al amor.

No es agradable cuando la vida nos demuestra que la pasión se distancia del amor. Es más, descubre que es la primera en irritarse con tan histórico, deseado y abusado sentimiento porque ella, la pasión, no es ducha en pensar ni en planificar, ni en aguantar, es muy inquieta.

No soporta que traten de idiotizarla con medias mentiras y medias verdades, es muy natural para ser encapsulada en esos estridentes embustes. Es la fuerza irracional que llevamos, todos, proclive a ser condenada por el pecado pero nadie puede negar que es auténtica y nada elaborada. No respeta normas, es salvaje y con poco temor para revelarse.

En cambio, el amor, es un tanto tranquilo y entre calurosos días y frías noches se curte la piel y el alma hasta endurecerse para ser golpeado por la confusión humana. El premio.? es un trofeo nada liviano alzado por las canas, la cara marchita, el cuerpo encorvado y ser exhibido al convencional público que se debate entre lo turbio, la mentira y lo absurdo. Ha convertido al tiempo en su gran aliado.

El amor se agita cuando ve las inquietudes de la pasión y se percata que no la acompañará en su larga travesía. Inicia su angustia cuando la pasión busca las noches para distraerse y, cuando el sol de la mañana asume darle eternidad a esa distracción, es el inicio del dolor por su ida.

Entonces, la verdad coloca al amor en el banquillo de la incertidumbre condenándolo a las miradas y al temor del rechazo. Y así el amor, en su desespero, se arma de valor para preguntarle, por última vez, a la pasión, ¿qué sucede contigo que te siento llena de destellos y confusa? Y ésta, sin medir palabras le responde, jamás te juré eternidad sabes que no comulgo con ella. Te admiro por ser dueño de la calma, yo muero en la calma.

Y en esa franca tertulia que se escenifica en el alma, la desaforada pasión le dice al amor ¡no no no.... no estoy descalificando tu majestad, sencillamente estoy asumiendo que tu sin mi te debilitas y yo sin ti no conozco la trascendencia. Vivo el presente, yo no sé si le das vida a la esperanza o es la esperanza quien te da vida, es como si la añoranza por mi ida no te permite una vida tranquila. Yo me debato entre el perdurar el deseo y la inclemente muerte, lamento no estar junto a ti todo el tiempo para que el miedo no entre en tu recinto..!

Se les quiere....

Ricardo.....

Me puedes escuchar en "Urbe Mística..." por Radio Continente todas las tardes a 3:30 pm por 590 AM o, si prefieres, www.radiocontinente.jimdo.com












domingo, 12 de junio de 2011

Seres perdidos..

Somos seres extraños sin ese centro que nos hace tan frágiles. Impresionamos como extraviados en el planeta y más parecemos un grupo sin sintonía Universal indagando ahí, allá y en el más allá, para no ver lo que realmente interesa, a nosotros mismos.

Nos hemos embadurnarnos de mentiras, unas tras otras, barriendo lo bello para dudar si merecemos estar en el espacio creado por el Señor. Renuentes a sentir que somos una hermosa realidad con una tarea llamada misión.

Ya no somos lo mejor, la búsqueda, infructuosa, de ese lugar que nos haga sentir en placer con uno mismo nos ha arrinconado, de tal manera, que preguntamos para qué vinimos. Vamos anulando la confianza en nosotros aupando héroes sin contención para darles, como objeto que fastidia, la responsabilidad que nunca hemos debido delegar.

Y, aunque tu no lo creas, el espíritu es una necesidad pura del ser que existe y exige que la verdad sea buscada pero, hay que admitirlo, tiene algo que no gusta, duele. Por ésto, recurrimos a unos de los dotes que embrujan la transitoria estadía en el mundo, dibujar. Dibujar esa arrogancia que infla, aún más, el ego, amigo indisoluble de la soledad y alimento de la división humana.

Y como siempre hay una lluvia de hechos que no han terminado de concretarse, entonces, el escenario donde se habita se hace pesado y áspero esperando crecer para solucionar pero, se cumple veinte años y falta, se cumple treinta años y falta y se cumple cuarenta años y falta, seguros de que todo cambiará cuando los padres dejen de existir, sin advertir que ya es tarde porque la idiotez agotó la paciencia y Dios tiene cosas más importantes que hacer.

Por eso viven entre nosotros hombres y mujeres que tienen la peculiaridad de curtir las noticias que arremeten contra el placer pero ayudan a entender que la vida no es un chiste. Menos, cuando el fastidio de colocarse un condón pare un niño que deambula por las calles pidiendo quién lo ampare, más que por el hambre de un pan, por la necesidad de que alguien le acaricie el corazón.

De ésta manera se atiborra el planeta de seres perdidos que le dan la espalda a los compromisos para no terminar de crecer. Es como si la existencia no fuera algo serio y que sean los otros quienes se cuelguen el trabajo en los hombros. Y, cuando éstos llegan, aparecen brutales dictadores en la casa, en la vecindad, en el país.

Por ello, no se puede defender lo que no se conoce, por ejemplo, la libertad. Filosofía de vida que sólo lo logran los que crean en si mismo de lo contrario, está sujeta a ser enmarcada por leyes escritas por quienes no saben que significa ser libre.

Se les quiere.

Ricardo

domingo, 29 de mayo de 2011

De vuelta...

Estoy aquí sentado, esperándote. De antemano te digo que no es necesaria la excusa, es hora de asimilar que una picardía trae otra y la duda puede instaurarse dentro de mi y sería un nuevo personaje que no quiero conocer. Saliste por una inquietud del cuerpo y nuevamente estás aquí con la mirada distinta que espera entendimiento.

Nuestro sentir no es tan frágil como para olvidar lo bello y tiene la peculiaridad de impedir que las penumbras ensombrezcan los días guardados en el mejor de los cofres, el corazón. Pensar en un adiós es despojar del trono a toda una historia construida entre ambos.

Sucedió y estamos juntos, tengo que admitir que no estoy triste porque esa salida maquilló tu mirada y te me haces un ser extraño al romper la monotonía que silenciosamente nos estaba separando.

Quiero darte la mejor de las lecciones porque no hay que perdonar lo que ha enriquecido el amor al palpar que no las tengo todas conmigo y que siempre habrá un tercero que esté dispuesto a ganarse lo que he descuidado. El amor no se alimenta de un interminable silencio ni de momentos migajosos que lo arruinan, sencillamente fluye en diversas direcciones encontrando ligeros o fuertes golpes que tratan de desviarlo pero realmente son para nutrirlo.

Veamos el entorno y nos enteramos de un transitorio suceso derrumbando una historia que fue jurada ante el altar de la eternidad. Permíteme expresar que siempre he disfrutado ésta relación porque te merezco y no es un sin fin de explicaciones que justifiquen estar viviendo dentro paredes corroídas por el hastío de una supuesta fidelidad.

Al atravesarse ciertas inquietudes que mueven las fibras del cuerpo, nos damos cuenta que somos unos eternos ingenuos buscando algo diferente que sea eternamente diferente creyendo que los minutos dejarán de seguir. Por eso, horas fuera de la cama produce miedo, no lo niego, pero al verte entrar supe que no puedo dejarle todo a que el amor lo aguanta todo.

La costumbre ronda la habitación, nos acompaña en la cena y el sofá se está haciendo chico; el deseo se está convirtiendo en rechazo y las agujas de reloj se están paralizando. Es muy atrevida y si nos descuidamos despertaremos por ese frió que entra por las puertas abiertas por el amor que prefiere huir que decaer ante ella.

Los quiero.

Ricardo.



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sábado, 23 de abril de 2011

El deseo no muere..

Palpar ese momento donde se desplaza la carencia no es un hecho descabellado ni está desubicado. Es algo que grita para sentirse desprovisto de artificios y lograr la desnudez sin previo aviso.

No es cuestión de estar destapándose ante el mundo ni delante de nadie en particular, es un sentir que alborota ese vacío que existe en un hombre o una mujer que se han alejado del placer.

Entonces, el deseo aviva invitando a ser fuera de lote, aunque sea un rato, y la astuta soledad deja de ser atormentante y aquellos fantasmas que se quitan el disfraz de pecado son parte del entusiasmo. Y, en éste alboroto, todos - el deseo, la soledad, los fantasmas y las mentiras - gozan en una orgía donde los beatos, estrictos y atormentados no prestan resistencia alguna.

Semejante pecado capital no sé si es una demencia o una psicosis o un desliz, no importa, que en cualquier segundo y en cualquier lugar brota para comprender que lo perfecto seca y aleja esa verdad que tanta energía utiliza para disimularse. Algo así, que ese deseo recuerda que la verduga hipocresía ha estampado el mundo.

Por eso, la moralidad se atomiza ya que el cuerpo se llena de las vibraciones del endemoniado apetito que aspira ser honrado. Entonces, es cuando se baja de ese sitio cercano al cielo para conocer el infierno que deleita con su fuego hasta aquellos, que se lucen con un discurso de espiritualidad y de trascendencia sin conocer el diablo, para cristalizar el deseo.

Y en ese escenario delirante aparece la sombra de la fiera desbocada que estuvo acorralada por la interminable mentira, hija del miedo. Y aquí, el tacto exige su puesto y la delicadeza solicita ser respetada y es cuando Eros, padre del placer, recuerda que no es un mero cuento griego, haciendo alarde de su titulo de dios al resucitar aquello que se creía muerto.

No es un disparate darle tributo a esa verdad que late insistentemente bajo los destellos de la reina de la noche, la confidente Luna. Es el deseo que contamina cada célula, cada hormona, cada instante, es la gota que hace abrir los pétalos de una flor marchita avisando que la muerte tiene que esperar.

Las calles están transitadas por caras decaídas detrás de lentes y de sonrisas que no terminan de convencer, hurgando aquí y allá levantando tapas de pipotes de basuras, detrás de las puertas de la casa, de la oficina y hasta del colegio, mortificando el sueño y con ganas de repetir, buscando ese deseo que lo han sacrificado convirtiéndolo en delito.

El temor se está apoderando de la existencia y el deseo tapiado de necia vergüenza están desfraudando la alegría de estar aquí.

Se les quiere.

Ricardo.

viernes, 15 de abril de 2011

Soberbio/ Sencillo

Soberbio siempre tiene una excusa para dominar, su arrogancia es como un molde lleno de lógicas que los otros deben seguir. Es el que transita la perfección buscando algo distinto a lo común para terminar agotado en el intento. Siempre dando explicación a todo, aún, a lo que no tiene explicación.

Sencillo, por lo contrario, simplemente entiende que lo suyo es ser afable y realmente no le interesa lucirse. Sabe que existen los otros pero no se mortifica en querer dominar utilizando las energías en construir su mundo. Con el tiempo va entendiendo que nada será llevado exceptuando su gran aprendizaje. Al contrario, sabe que lo perfecto es algo artificial que necesita de un desgaste para mantenerse.

Ambos, tienen ópticas distintas y saben que el dolor y la alegría son sentidos pero expresados de formas diferentes. Por ello, la realidad natural de los que evolucionan, como Sencillo, choca contra la realidad altiva de Soberbio que se cree evolucionado. Es fácil de comprender, uno vive y el otro intenta vivir.

Observen cuando el llanto delata, que no discrimina entre el sentir de los que comenten errores y de los que creen no cometerlos ya que es un acontecer que surge de las emociones. La diferencia estriba en que el presumido saca un pañuelo y se seca las lágrimas porque las interpreta como una flaqueza mientras que, para el que dice lo que siente, es un colirio porque sabe que es para ver mejor.

Sencillo es algo extraño ya que está repleto de misterios con miles de preguntas y respuestas dirigidas a trascender utilizando lo accesible de su simpleza interior. Sin embargo, en Soberbio, es como si todo estuviera dicho ya que en su discurso de que tiene criterios ni se imagina que en un desborde de las emociones nada resulta un escondite. Y aquí, es cuando se ve la verdad, ya que ese evento es intensamente sentido tanto por uno como por el otro pero, el primero, lo transforma en placer y, el segundo, lo esconde como vergüenza.

Quien no es artificial no teme enamorarse una y otra vez porque sabe que el amor es así, franco y abierto un día y, al otro día, es de un descanso para que no se agote cuidando que se mantenga la originalidad. Pero, el otro, el que se alimenta de que lo vean, de la arrogancia, se enamora una vez y le teme a una segunda vez ya que prefiere anclar éste sentimiento en un sin fin de pautas que termina arruinándolo, claudicando en la añoranza.

Pero les digo algo, en la hora de la verdad Sencillo la asume, Soberbio recula..!

Se les quiere.

Ricardo.

domingo, 3 de abril de 2011

soledad

Todos sabemos que no es fácil sentirse deprovisto de afectos y mucho menos cuando ese silencio no escucha los más estridentes ruidos. Hay algunos, y de repente abundan, que están empecinados en no desligarse de esa historia antigua donde las caricias paternas, los amigos de la vecindad y de la escuela nos jurungaron, reímos y nos sentíamos acompañados.

Pero, esa historia fenece porque toda madurez obliga a ser libre de recuerdos para darle entrada a lo nuevo. Aquella fue la historia de seres que atenuaron el lado duro de la ausencia. Ahora, el presente, es otra cosa, curtido de experiencias alegres y tristes pero buscando, por cualquier medio, no quién será compañía sino quién evitará la soledad.

Al no entender el mensaje de esa sensación de aislamiento que abruma, las cosas feas nos toman para que lo maluco parezca bueno y lo bueno imprescindible y así, todos tienen importancia y nosotros construyendo un ser que no somos. Es un enorme misterio con múltiples disfraces pero con una aspiración, la de ser llenada.

Entonces, ese silencio que reclama risas, abrazos, promesas y que no alcanza ver el fin, aturde los sentidos y así aparecen uno y otro ser que ofrecen villas y reinados, para tomarnos el celoso egoísmo, propio de la soledad, y sin atinar consecuencias aspiramos domar la libertad creyendo la perpetuidad de una compañía.

Y es aquí, cuando esa sensación nos recuerda que no importa tener o no tener y nos damos cuenta que somos integrantes de un planeta repleto de seres con la misma sensación, deseosos de una compañía. Situación que nos llama a ser mas sencillos y menos exigentes y evitar esas obras titánicas que siempre tienen un fin haciendo más intenso el dolor cuando ese ser a quién le dimos todo no nos puede llenar.
Pero, el trajín vivencial nos dice que la sensación de soledad no depende de esa historia pasada o que nuestro mundo esté lleno o vació de mortales. La soledad es una condición inherente e intransferible que nos toca transitar ya que nos recuerda que somos seres con un espacio, tiempo y frecuencia propias, comprometidos en ciertos momentos, pero que por más que hagamos no la podremos desprender.

Siempre aparecerá porque es un llamado del alma para ser llenado por los hijos de las reflexiones profundas dejando las mentiras atrás. Es algo capital para la sanidad del alma y para la paz espiritual. Necesaria para entender a quienes estuvieron en nuestro lado y que no existe amor fiel ni eterno que la pueda ocultar.


Es lo infinito en la vida que nunca será responsabilidad ajena, es la búsqueda eterna....

domingo, 23 de enero de 2011

renacer

Fastidiado de repetir lo mismo, mi inquietud decide llenarse de valor y ahora tiene la astucia de brincar sin importar barreras que hacen el alma desierta. Determina parar lecturas y dejar de oír explicaciones, excusas y posturas, y escuchar lo que ahí tintinea desde hace rato. Total, son pocas las ocasiones cuando duermen los miedos para honrarle tributo a éste nuevo ser.

Aquellos deseos enquistados por el freno a no desfraudar atraen, no sé porque circunstancias, lo mismo y lo distinto de los demás, es como si lo auténtico estuvo arrinconado por un si o un no opuestos, dispuestos a truncar la decisión, esencia fundamental que hace único al hombre que aspira evolucionar.

Pero, hoy, algo anda inquieto queriendo disfrutar la intensidad del placer, energía de la creación, que conduce a un no se qué ya que me confunde, porque no sé si tendré el atino para diferenciar si lo de hoy es una secuela de ayer y si mi fe tendrá la valentía para defender éste presente. No es fácil asumir una postura desprendida de los convencionalismos cuando se le ha endosado el ser a un no ser.

Quiero renacer de las moribundas lógicas que han hecho un monumento a la tristeza y hacerle caso a éste precioso momento que, al fin y al cabo, es lo que conocerá la trascendencia cuando mi historia repetida decida finalizar. Y aunque les resulte disparatado, la muerte es la máxima expresión de la humildad y para renacer es necesario morir y volver a vivir sin necesidad de cosas elaboradas.

Por eso, trato de congelar aquella estenuante realidad para darle curso a ésta otra realidad, que le da vida a éste absurdo porque, sencillamente, ser libre es un acto temerario que hiere mucho a quienes creen amarnos.

Mi alma revive cuando los sueños despiertan al descubrir que soy parte del todo acompañado de un eterno inocente, maltratado por luces titánicas que construyeron ese frío vacío apresurado en ser llenado sin prevenir que el dolor será otro acompañante. Hoy entiendo que en toda alma que lava sus mentiras la soledad deja de ser soledad para ser una gran compañía y que, éste nuevo estado de conciencia, puede aspirar a compartir sin ser dueño de nadie.

Sin embargo, necesito convencerme de mi creación sin escuchar ni silbidos ni aplausos. Quiero saber que lo mio es el resultado de una lucha coronando lo que una vez fue olvidado. Aquello que dejé en el camino no me pertenece porque jamás estuvo gestado por mis deseos. Que lo que hoy vivo es el producto de una fuerza que me toma para ser alguien ante tantas necedades que me hicieron ajeno.

Se les quiere.

Ricado.