viernes, 5 de agosto de 2016

El tiempo y su cuento del amor.

Tiempo, muchos hablan de ti y muchos te utilizan. Son muchos los que te tienen miedo y hay muchos que reclaman tu presencia cuando los sinsabores de la vida están dispuestos a persistir. Hay gente esperanzada que implora tu llegada para darle tiempo al mismo tiempo.

Sin embargo, la vida y la muerte, siendo grandes acontecimientos, dependen en muchas ocasiones de ti y de tus inclemencias. Se dice que te encargas de todo y que tienes la facultad de aclarar o de destruir aquello que aspire eternizar el dolor.

Para ser franco, y mi humilde opinión, es que podrás tener grandes facultades, hasta de acabar con las diferencias y hacer que el conformismo se adueñe de las vidas. Lo que nunca has podido terminar es con ese amor que traspasó los límites del olvido. Intentas borrarlo, cambiarlo, apartarlo pero nunca logras terminarlo. Simplemente lo guardas en un rincón y le colocas horas, días y años cubiertos de ese polvo frío con aroma de recuerdo; tan es así, que cuando el presente aspira repetir la misma obra, lo que está guardado permanece intacto celando que no exista una segunda oportunidad.

En ese clandestino rincón de nuestra historia, arropado con tu pesada presencia, ese amor puede envejecer, marchitarse esperando morir pero, cuando una nostalgia adquiere la fortaleza para abrir las puertas del pasado se asoma, como de la nada, un cuento de amor donde se estubo convencido que el beso era eterno, que la inocencia era tan distraída que no existían temores y seguro se estaba de que las estrellas podían ser colocadas en las manos de la persona amada. Algo asi, como que bastaba que uno se sintiera enamorado y eso era suficiente por los dos. Para nada era necesario ser didacta, ni precavido ni suspicaz, solamente con  un toque de piel fijando la mirada en los labios, dibujaban un mundo habitado por dos almas enamoradas entusiasmadas en ser una y colocada a merced de la luna y de los afamados poetas.

No sé si era la primera o segunda, o cualquier ilusión, no importa; lo que si sé es que ese es el amor añorado y travieso que nunca pensaba en no ser correspondido. Y, digan lo que digan, ese cuento romántico permanece latente ya que las nuevas vidas que se afanan en suplirlo nunca triunfarán sobre él para terminar conviviendo juntos, de dormir juntos, tanto el cuento como la nueva historia.

No se trata de que la gente no sea capaz o sea menos amorosa, no; es que ese amor decidió eternizarse en una guarida del alma donde solamente la añoranza del presente es quién tiene el poder de llegar allí.

Y si hay una relación entre el amor y el tiempo, es que el presente está lleno de incertidumbres buscando, buscando y buscando tratando de repetir el cuento y no termina de comprender que el verdadero amor está vestido de inocencia. Simple, es lo que lo hace inolvidable.

Se les quiere



3 comentarios:

  1. Dios que sabias palabras,querer volver a sentir ese amor o ilusion es como querer volver a ser niño....

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  2. Dios que sabias palabras,querer volver a sentir ese amor o ilusion es como querer volver a ser niño....

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