miércoles, 20 de octubre de 2010

el danzar de la libertad

Amigos míos, les solicito que me den permiso pero, al mismo tiempo, les pido que no se alejen porque aspiro que me vean, me oigan y, sobre todo, me sientan. Es que necesito espacio, mucho espacio, para poder transmitir lo que tengo aquí adentro. Es un danzar, cual bailarín, que no descansa imaginando que sus pasos se deslizan por los vientos.

Por supuesto que existe un escenario, es un escenario estupendo, despejado de butacas ocupadas por vidas envejecidas viendo como sus ganas son consumidas por las penumbras de la frustración. No no no.. no es una ilusión.! es una lealtad a mi Creador y a mi mismo. Estoy claro que dejaría de ser ilusión si mi danzar es disfrutado con ustedes.

El escenario gozará como fondo una exquisita melodía, más que oída, muy sentida. De esas que se escuchan una vez y quedan grabadas inspirando nostalgia cuando la voluntad no se ha atrevido. Una melodía Universal ejecutada por la sabiduría de los planetas dirigida, nada más y nada menos, que por ese afamado padre celestial, Júpiter, entusiasmado con su tarea infinita de enseñarle a las almas que su misión espiritual, es ser libre.

¡Aquí entre nos..! la iluminación estará a cargo de la Luna, para garantizar que mis movimientos estén dotados de esa fuerza emocional que desborde la pasión y así, alcanzar el verdadero sentido de la vida, vivir !Uyy.. si vieran los músicos..! cada uno con sus instrumentos, esperando comenzar la función, estoy seguro que se divertirán de mis temblores. Son muy generosos, me han otorgado una confianza única y me dieron a tomar algo extraño, fundamental para danzar, dejar de parecer y comenzar a ser.

Les cuento que antes de tomar la decisión estuvimos reunidos para intercambiar ideas. Todos opinamos y fue una conversa dura pero fructífera, diría que muy sabia. Me dijeron, que para lograr éxito tengo que admitir que ya no soy niño. Inicialmente no entendí la vibra de la reunión, hasta que me enseñaron el rostro triste de un habitante de mi tierra que se acostumbró a un No Podré. Me dijeron, que para danzar se necesita guáramo ya que es un asunto muy serio, digno de los que persisten y no ceden.

Me recordaron que soy integrante de la humanidad, ansiosa de mejorar, y que nada que carezca de libertad es digno de evolución. Que todo aquel que asuma la huida para despertar jamás conocerá el amanecer. Para danzar con estilo es perentorio sudar y secarse, caerse y levantarse, trasnocharse y no darle la espalda al mundo, siempre mirando hacia adelante.

Admito, que el susto fue enorme porque por primera vez me vi dispuesto a iniciar, íngrimo y sólo, algo que amerita encontrarse con eso que palpita en todo corazón. Es delicado asumir la altísima responsabilidad de haber emprendido mi obra. Supe que tengo un compromiso conmigo que aspiro contagiar a quien me esté leyendo y a quien no me esté leyendo.

Si imaginar es el inicio de danzar sin ataduras, me encantaría que otros y otros se imaginaran danzando y, así, la libertad dejaría de parecer para ser. No sería un iluso sino la realidad de todos...!

"Te irás una y otra vez pero será una la verdad, lo ajeno siempre estará dominando tu mundo. Y, aunque no quieras, tendrás que seguir la huida y algo terrible sucederá, llegará el momento en que no podrás escapar porque tu sombra será la tirana"
Los dejo, iniciaré mi función......!

Se les quiere.

Ricardo.

martes, 12 de octubre de 2010

soy un mortal

De repente éstas líneas estén llenas de cuentos y resulten burdelescas pero jamás podrás decir que son traicioneras. Es una carta escrita para ti y colocada en el buzón de la vida de quién amerite ser comprendido por no haberse enamorado ya que, según los postulados del decreto, quién no comulgue con su rigidez, es juzgado de infidelidad.

Veo hacia atrás y puedo decirte que duermo tranquilo porque nunca osé hipotecar mis emociones decretando que lo que sentía era hasta después de la muerte. Es más, jamás te solicité empeñar la sonrisa exigiendo algo que yo no podría dar. Por supuesto, en aquel entonces, gozada con pasión tu entrega y te juro que eras parte de mis sueños que aspiraban eternizarse pero, la verdad, la exigencia resultó más poderosa.

Te miro, me miro y reviso el entorno y te puedo decir que todo parece menguar con el miedo. Ese miedo que no se le escapó inventar el decreto, tratando de atrapar el amor así permanezca durmiendo en el mismo lecho con el corazón latiendo por otra persona. Me entristece como ésta cultura del compromiso hunde la verdad de los enamorados en el infierno, aniquilando la necesidad del otro sin sentirse obligado.

Aunque no lo creas, la caída de la euforia se inició al aspirar que te decretara la potestad de mis sentimientos cuando dentro de mí se movían pasiones diferentes, ilusiones diferentes, entregas diferentes y gozabas de un encantador tiempo pero, no todo el tiempo. Teñiste lo bello de lo nuestro al pelear con mis secretos, con mis gustos, con mis necesidades, hasta con mis afectos. Pretendiste que dejara lo mio y asi dominar mi todo.

Para siempre y contigo y la eternidad, hasta que la muerte nos separe, etc, etc, etc, fueron palabras que en un inicio resultaron hasta divertidas pero, temerarias por algo que no existe y, lo peor, creadoras de culpas y remordimientos pues..eran una obligación más que un placer. Palabras que en mí disparaban un interrogante silencio y, más aún, cuando caías en conflicto al no responder lo que querías.

Hoy comprendo, que el amor no es un capricho que despierta y duerme encadenado a las creencias de una relación durable cuando lo que siento al lado ya no me es agradable. Tu, al igual que otras vidas, fueron motivos de mis musas y el amar no es para mi un límite, tu no fuiste mi límite, no creo en el límite del decreto.

Lo hermoso del amor es repetir ya que al no repetir, es que algo anda mal. Nace en un lugar desconocido y se da el lujo de ser libre sin ser exigido. Por ello, el decreto no es solicitado por el amor sino el pedido del miedo. Cuando imaginaste que fuera de ti para siempre creías asegurar eternidad de una felicidad y, realmente, no tengo tan excesiva facultad, soy un mortal.

Soñaba contigo y sabía que soñabas conmigo; sin embargo, mis pasiones se angustiaban cuando aspirabas que yo fuera el todo, confiada en esa lógica de ser fiel aunque el alma esté atrapada en una pesadilla. Recuerdo que después de una inolvidable noche de entrega, cuando salí a comprar unos cigarrillos, unos ojos hermosos me llamaban a repetir lo que viví contigo, te juro que no le respondí porque estaba extasiado de ti pero, como encantaría volverlos a ver.

Me alegra recordar esos instantes cuando tu eras mi mundo y yo era tu mundo porque sabía que eran únicos. Pero, en el constante aparecer y desaparecer de los días y las noches, tu dejaste de ser mi mundo al igual que yo dejé de ser tu mundo y, para que no se te olvide, el mundo continúa.

Aquí está la inmensa fortaleza del amor que nunca sabe a quien amar eternamente, muchas veces se convence de que llegó su instante y, de sorpresa, se atraviesan imprevistos que lo ponen a dudar.

Se les quiere.

sábado, 9 de octubre de 2010

Necio

Mirando el techo desde su cama transcurre el día y la noche y no se sabe cuanto tiempo más. Escucha música y se divierte jugando con el avioncito y no sucede nada. No aclara su aspiración ni está preocupado por el que dirán ni mucho menos que ha dejado de ser púber desde hace rato. Rechaza colocarse los pantalones largos.

Está convencido que el viento tiene una orden divina destinada a su postín y que en algún momento le abrirá la ventana y le tocará la voluntad para que inicie su misión. Se llama Necio, por su terquedad de estar reposando en la superficialidad utilizando la excusa como forma de vivir pero, lograr concretar.. ¡umm harto difícil..!

Y así, dibuja miles y miles de almas en la calle mirándose las caras, unas de tristeza otras de amargura y otras tratando de decir que no pasa nada. Latosa agrupación humana sin contención, con los ojos ocultos entre lentes y maquillajes tratando de confundir pero, detrás de la mirada se ve otra cosa, una quietud que parece eternizarse repitiendo la misma necesidad y la misma necedad y la costumbre apoderándose de su hoy y mañana. No le queda otra que sentirse integrado y fielmente representado ya que lo tranquiliza que no es el único en el planeta con las mismas características.

Su vida se ha tornado fría y distante imaginando que la tarea le corresponde a los otros porque la suya está en otra nota. Nada le es auténtico, es como si la labor que le corresponde es lanzada en un saco y le rociara veneno, para tener el final típico de las gentes que no entienden que es lo que pasa así la realidad le estalle en la cara. Es como un alma desencajada sin rumbo por el que transitar sabiendo que vive porque un zancudo lo tiene fastidiado.

Camina porque ve a otros detrás de otros y no se permite ser diferente, come la misma torta, estudia para que no digan nada y, lo peor, sufre el mismo cuadro histérico imitando el melodrama cual novelero. Grita, chilla, se irrita, patalea, se enfurece pero, a la hora de tomar decisiones, se mete en el cuarto a jugar con el avioncito esperando el milagro que le quite el tormento de encima.

Ni se percata que todos aquellos que pululan en su entorno exigiendo que sean imitados, están desposeídos del sentido de pertenencia y, es por ello, que cada día se ve atribulado por el no hay más nada que dar ni más nada que hacer.

Entonces, así está el majadero y la majadera, que se dedican mirar al cielo viendo como transcurre el día y la vida seguros que viene un rayo para cambiarle la existencia y, no se han dado cuenta que están acorralados en la infertilidad que es rechazada por la constancia del ganador.

Y así, son paridos seres que quieren construir un mundo espiritual sin ver la realidad. Ingenuos que agradecen la aparición de un lucerito atravesando el cielo persuadidos que la solución viene del más allá, muy lejos de sentir que lo bello de la estadía entre los humanos es el logro.

Se les quiere.